Ayer os contaba que uno de los accidentes más comunes entre los gatos son las caídas desde grandes alturas, algo que provoca un cuadro de lesiones típico conocido como síndrome del gato paracaidista.
Pero esas lesiones no son la única consecuencia, entre los que sobreviven a la caída hay muchos que se pierden. Acaban en la calle, desorientados, asustados y desaparecen. Por eso es buena idea (además de obligatorio) que tengan implantado un chip con nuestros datos de contacto actualizados.
Todos los gatos domésticos deberían tener chip. Mucha gente cree que por no salir de casa no hay riesgo de que se pierdan. Pues se equivocan, lo hay. Por caídas, por incursiones al veterinario, por despistes humanos… Y es importante actualizar los datos del chip. De nada vale que lo lleven si nuestra dirección y teléfono, incluso el propietario del animal, ha cambiado. Y para actualizar,o no hay más que acercarse a cualquier veterinario y solicitarlo.
Luego está el tema del collar. Ahí no voy a decir que sea obligatorio llevarlo ni mucho menos, pero yo se lo tengo puesto a mi gata Maya y os explico mis motivos: un gato con collar que se pierde tiene más posibilidades de ser tomado por perdido, recogido y pasado por un lector de chip. Siempre un collar especial para gatos, del tamaño adecuado y sin cascabeles ni campanillas por favor.
Mi otro gato, Flash, no lo lleva. Por su aspecto menos callejero y su carácter nada tímido es más probable que se le comprendiera perdido.
Flash se parece muchísimo a Malena, la gatita que hoy os muestro y que busca un hogar.
Esta preciosa hembra naranja (¡qué raro es ver gatas de este color!) tiene poco más de seis años y está en Torrevieja (Alicante), en una casa de acogida. Cuentan que es dulce, cariñosa y muy sociable con las personas.
Contacto: 658609150